¡Que lindo ver en la pista a los alumnos de iniciación junto a los avanzados disfrutando de un Pugliese en la pista de la Sala Canal, todos juntos! Si quieren saber qué les gusta a los profesores, sólo tienen que pensar en esto, ver a sus alumnos disfrutar, más allá de los niveles, de las orquestas y de quién esté mirando


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Gente joven

En diversas oportunidades, escucho a milongueros quejarse de la poca presencia de gente joven en las milongas de Valencia. Es cierto que si uno compara con milongas de otras capitales europeas podrá constatar que en ellas hay mayor variedad generacional comparado con las locales.
Pero permítanme presentarles otra perspectiva: pienso que al tango se tiene que acercar gente que le guste el tango. De la edad que sea. De la altura, de la condición que sea, pero que le guste el tango. Que lo respete, que no se lo intente adueñar, que lo mime, que lo practique, que lo disfrute. Da igual si hay más gente mayor que joven en las milongas. Tengo gente joven en las clases, pero por diferentes motivos no pueden o no desean acudir a las milongas. ¿Qué más da? Ya vendrán. Corre por mi cuenta como profe el hecho de que vayan a bailar, pero si todavía no he generado esa motivación, lo seguiré intentando, pero sin menospreciar el ambiente de las milongas en la actualidad.
Si fuiste a la milonga y no pensás volver porque no había gente joven, entonces, no te gusta el tango…te gusta la gente joven.
Guillermo

Invisible

¿Cobráis tanto dinero por solo unos minutos de actuación?
Esto es lo que preguntan, de vez en cuando, al pedir información por una exhibición.
Detrás de una coreografía hay una cantidad inmensa de horas de construcción, de preparación y de ensayos, para que luego parezca fácil e improvisado. Son horas que no se ven y que, por lo tanto, parece que no existen.


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Me gusta

Me gustan los pibes y pibas que van a la milonga. Los pibes y pibas de 20, de 30 y hasta los pibes y pibas de 70 y 80. Los que van a clase y practican lo que saben en la pista, equivocándose, riéndose y volviéndolo a intentar. Los que aprecian la música y la escuchan. Los que disfrutan de las tandas que les gustan y no se quejan de las que no son de su agrado. Los que se sientan a la mesa con amigos para conversar. Los que se sientan a las mesas de gente que no conocen, para hacer amigos. Me gustan los que te estrechan la mano cada vez que te ven, aunque haya pasado tiempo sin verte. Me gustan los que respetan la línea de baile, los que respetan a la pareja, los que respetan el ambiente. Me gustan los hombres que no enseñan en la pista, las mujeres que no refunfuñan si no las sacan a bailar. Me gusta los que congregan, los que llaman para quedar e ir a la milonga, y de esa manera no tienen que quejarse porque falten chicos o chicas para bailar. Me gustan los que no son extremadamente críticos con cada aspecto de la milonga, los que tienen en cuenta que todo requiere esfuerzo.
Hoy domingo paso música en la Milonga El Beso, de la Sala Canal. Espero ver allí a todos los pibes y pibas que quieren pasar una tarde pegada al tango.

Falacias acerca de la caminata, las figuras y el sentir del tango.


1- Últimamente estoy leyendo cómo se descargan contra los bailarines que desean adornar su baile con figuras y se les juzga como inadaptados que podrían llegar a acabar con el tango, además de catalogarles como seres incapaces de sentirlo.

Ya tuve un ataque directo de un “hater”, hace poco, diciendo que bailaba mecánico, sin alma ni sentimiento…, ¿qué carajo sabrá esa persona el sentimiento que tengo al bailar, si me he criado y vivido con el tango? 

El bailar con o sin figuras no tiene nada que ver con el sentimiento hacia el Tango. Tiene que ver de cómo quiere, cada uno, interpretar el tango. Las hago y las seguiré haciendo porque es mi forma de adornar el baile, y no tengo menos carga de sentimiento hacia esta música por ello. Respeto las normas de la milonga, y no me llevo a nadie por delante, ni interfiero en la trayectoria de los demás.

Que las milongas estén pobladas, también, por gente que no tiene educación para con el resto de los bailarines, no es culpa de las figuras. Que elijan el peor momento y lugar para hacerlas, tampoco es culpa de ellas. Que algún/a inadaptado/a haga un mal uso de ellas, es responsabilidad, en cierta forma, de quién se las haya enseñado, si es que se las ha enseñado alguien. Que las haga creando una onda expansiva alrededor, amedrentando al resto de los bailarines, es de falta de consideración, de desubicación.

2- Los que ya tienen una trayectoria en el tango y ensalzan la importancia del caminar y de la conexión del abrazo, y despotrican contra los que hacen figuras, se olvidan que en su momento ellos también pasaron por esas mismas etapas de adaptación en la milonga, y de lo difícil que les resulto entender todo lo que entienden ahora.

Aprender a caminar y lograr la coordinación adecuada, el contacto del abrazo, el tacto con el piso, la musicalidad son aspectos que se maduran en el tango y que se logran con el tiempo. Un profesor de tango puede incidir en la importancia de ellos una vez pasadas unas etapas en la enseñanza en la que el alumno logra una conexión con el tango. Y para hacer más divertido ese tiempo que transcurre, es necesario adoptar figuras que hagan más variado el baile, más ameno el camino, hacia la percepción de lo esencial.

3- El profesor es el responsable. El que debe decidir qué enseñar a sus alumnos lo más útil y necesario a cada momento. Debe tratar los contenidos de forma gradual y equilibrada para que se pueda ingresar a la pista de baile y disfrutar del mismo sin mayores problemas. Es bueno que se aborden las figuras siempre en cuando se vea a través de ellas aspectos técnicos y estéticos que hagan más bonito y cómodo este baile. No es el hecho de enseñar figura tras figura sin explicar cómo es la estructura se estructura el tango.

Pero no es responsable de los que se bajan videos de figuras de Youtube e intentan reproducirlas en la pista. Las figuras no tienen la culpa de aquellos que desean copiarlas sin haberlas aprendido correctamente y que después interfieren malamente en la línea de baile.

4- Las figuras crean afición. A los que dicen que el tango es el caminar y nada más, debo advertirles que si las clases se basaran sólo en eso, sería imposible mantener una clase o grupo de tango, ya que los alumnos que comienzan las clases desean ver figuras. Una clase sin figuras no dura ni dos días. Por lo tanto, considero que enriquece el baile haciéndolo más atractivo, por lo que genera afición, más que la muerte del tango como vaticinan algunos.

5- Si te piensas que sientes el tango más que ningún otro por el hecho de que te gusta, simplemente, caminar alrededor de la pista, respeto tu percepción. Pero no la comparto, ya que no se puede medir la afinidad o pasión hacia el tango, porque cada uno lo vive en un momento y en un contexto distinto. Y las sensaciones…se pueden narrar, pero son intransferibles.

¿De quién es el 11 de diciembre?

Dentro de unas semanas se celebra el Día Internacional del Tango, y en la ciudad se preparan diferentes eventos, casi todos a la misma hora. A primera vista, parecería un despropósito la cantidad de celebraciones dispersas teniendo en cuenta que la comunidad tanguera en Valencia no es excesivamente grande, y que no da para abarrotar cada una de esas buenas intenciones.
Desde la perspectiva de los organizadores, puede generarse malestar entre ...los que pretenden hacer el evento más multitudinario esa noche. La cantidad de aficionados no es suficiente como para llenar todos los eventos que se realizarán a la misma hora. La gente se repartirá hacia un lado u otro.
¿De quién es el 11 de diciembre? No es de ninguna asociación, ni milonga, ni escuela. Es de los aficionados, de los bailarines (sin ir más lejos, no es mi día como profesor, pero es mi día como bailarín). NADIE puede adjudicarse ese día como propio por más empeño en la organización y premura en la comunicación de su evento. Dependerá de quien ofrezca la mejor propuesta, o quien conecte más con la gente, el que reciba mayor cantidad de aficionados.
Así como las milongas y asociaciones ven positivo el que existan muchas escuelas de tango y profesores por doquier (porque así habrá más gente que se apunte a lo que proponen), desde mi perspectiva, pienso que el panorama es fantástico al tener una buena oferta de actividades para hacer ese día.
Echando la vista atrás, cuando arribé a Valencia, varias asociaciones y milongas se disputaban medio centenar de aficionados para la realización de sus eventos. Y no se llevaban muy bien que digamos, sino todo lo contrario. En el presente, hay mucha más gente bailando tango, gracias al esfuerzo de las escuelas y profes que generan bailarines. Y las asociaciones y organizadores de milongas parecen llevarse mucho mejor que antes (sí, créanme, mucho mejor).
Agradezco a las organizaciones que se esmeran por honrar al tango de la mejor manera posible. E insto a los tangueros de todos los niveles a que, al menos, acudan a uno de los eventos preparados para el Día Internacional del Tango, y que disfrutéis todo lo que podáis.
El 11 de diciembre no es de nadie y pertenece a todos. El tango, como el arte en sí, tiene origen, pero no tiene dueño.

Curriculum

¿A alguien le interesa mi curriculum? ¿A alguien le importa los profesores que me han enseñado, las clases a las que he acudido, el origen de lo que enseño en clase?
Realmente, no importa. No importa que haya aprendido con los mejores si lo que impartiera en el presente fueran valores negativos del baile, si la técnica enseñada no fuera la adecuada para desenvolverse en la pista y los alumnos no lo pudiesen disfrutar, o si promoviera el divismo y el protagonismo. Seré técnico, frío, purista, exigente o como quieran llamarle, pero pretendo transmitir lo más positivo de este baile, lo más aplicable y funcional, y lo más útil para convertirse en un/a bailarín/a de tango.
Porque lo que importa es lo que dejas. Cada vez estoy más convencido de que curriculum no es lo que haces para llegar a dónde estás. El curriculum es lo que dejas en el camino.
Termina la 13ª temporada en Tiempo de Tango y voy desapareciendo de a poco. Ya no importa el profesor, ni la escuela, ni las clases. Pertenecen al olvido, ya reaparecerán en septiembre. Pero quedan unas piernas que bailan sincronizadas y al ritmo, unas mesas pobladas de gente que se ha reunido en torno a una música y el persistente deseo de sentirse bien bailando: ese es mi curriculum.
Muchas gracias a todos los que han formado parte de Tiempo de Tango esta temporada.